Una vecina oropesina, a otra:
- A mi marido, en cuanto le toco el aparato, se le pone duro. ¿Y al tuyo?
- No lo sé Petra, se lo preguntaré esta noche, cuando venga.
A la mañana siguiente, aparece la vecina con un ojo morado y Petra le pregunta:
- ¿Qué te ha pasado?... ¿Un accidente, o qué?
-
Como, ya te dije ayer, le pregunté a mi marido: ¿A ti, también, se te
pone la picha dura como al marido de Petra? ¡Y no me dio tiempo, ni para
explicarle nada más!
No hay comentarios:
Publicar un comentario