Jaimito le pregunta a su madre:
- ¡Mamá!... ¿Porqué tienes la barriga tan grande?
- Me picó una avispa, hijo.
Al rato, ve a una monja que también tenía la tripa muy abultada y le pregunta:
- ¡Señora!... ¿A usted, también la picó una avispa?
- No, hijo mio, a mí, me picó un obispo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario