Un hombre despedía a su mujer, pues ésta se iba a Francia, por asuntos de trabajo:
- ¡No te olvides, amor mío, de traerme una francesita muy rica!
A la mujer no le agradó su broma y, cuando regresó, el marido le volvió a preguntar:
- ¿Has traido la francesita, cariño?
- Hice todo lo posible, pero tendremos que esperar a ver qué dice el ginecólogo sobre si será niña o no...
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