Mi amigo Nel estaba en cama, con ciática, cuando cogió el teléfono y marcó un número:
- ¡Oiga!... ¿Banco JHM?... ¿Es ahí?
- ¡Aquí es!... ¡Dígame, caballero!
- Mire, no puedo ir ahora, por un impedimento que no viene a cuento decirle a usted, pero quisiera pedirle un favor...
- ¡Con mucho gusto!... ¡Dígame usted, señor!
- Es que quiero atracar, ahora mismo, el banco y, como no puedo ir, ¿podría tomar nota y enviarme el dinero de la caja, contra reembolso?
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