Viniste a mi castillo por tu propia voluntad y te irás cuando tú lo quieras... ¡Soy una persona civilizada! ~ Pues, si ahora dices que ya no me amas, puedes largarte cuando lo desees.
Derriba la puerta acorazada; atraviesa la fosa sin que te coman los cocodrilos; salta la alambrada de siete metros electrificada y rehaz tu vida, sin problemas... ¡Tienes mi bendición!
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